jueves, 24 de julio de 2014

Mi polla. Una solución quiero.

Como hombres que somos, hartos de rebasar una y cien veces la delgada línea que separa la dignidad del patetismo, lo racional de lo animal, lo platónico frente a lo pragmático, hemos visto nacer esta misma mañana una viñeta que no pretende ser más que un grito a la comprensión del género masculino y sus vicisitudes.

El instinto siempre estuvo ahí. Es algo contra lo que no puede lucharse.
Nuestros ancestros lo sufrieron entonces y la historia no ha cambiado.

No lo dudeis. Todos llevamos el estigma. Una marca que nos acompaña desde el amanecer de los tiempos y que malamente podemos disfrazar.

No somos más que hortelanos, buscando donde poner nuestra semilla. Eso es así.

Y el progreso, lleno de avances y modernidades increíbles, no es capaz de mitigar este problema, que tantos quebraderos de cabeza ha traído a lo largo de la historia de la humanidad.

Ahí va nuestra reclamación.
Hombres del mundo, llegó la hora. Romped el silencio.


domingo, 20 de julio de 2014

El conducto deferente.

El desfiladero de las termópilas. Año 480 a.c. Agosto o septiembre. Que contar aquí ya, que no sepamos a través de la lectura o el cine.
El acontecimiento allí acontecido,  lo que allí se obró, resonará en la historia por siempre.

Esto que os cuento ahora, también se obró en un paso muy estrecho. Mucho. El conducto deferente. Y lo que os narramos, no es menor hazaña que la que se realizará en aquellos años, allá en las "puertas calientes".
Juzgadlo vosotros mismos.
Así ocurrió...