Vivo en una zona bastante pija. Hace poco fui al Punto Limpio a llevar varias cosas. Era domingo, un dia bonito, soleado, y todos los que estabamos allí dabamos una apariencia de buen rollito y conciencia ecologista. Llevábamos nuestros plásticos, papeles, etc. con una sonrisilla en la boca.
Entonces el señor del coche que tenía al lado se brotó.
En un momento dado se dió cuenta de que no podría entrar en su coche. La forma espontánea en la que reaccionó, sin pensarselo dos veces, dió pie a un encendido debate dentro de mi propio coche. Yo defendía que el hombre era un genio, alguien que responde sin titubear ante una situación de estrés, el tipo de persona que se convierte en líder natural de sus vecinos durante un holocausto zombi. Mi mujer pensaba en cambio que reaccionó como un puto pirao, un atacao al que no le importaba el coste de lo que acababa de hacer, y que podría haber llamado a un cerrajero o algo así...
Pero, un domingo...
No sé, yo todavía no lo tengo claro...